Sigue leyendo este artículo, que juntos descubriremos las claves para realizar una elección correcta y no morir en el intento de mejorar tu web.
Los motivos de tu elección pueden ser variados, por ejemplo, si descubres que el equipo a cargo de tu web no hizo bien su trabajo o si los resultados no se están dando como esperabas.
Toma en cuenta que las páginas web nacen, crecen, maduran y —si no le das el mantenimiento y la gestión adecuada—, finalmente, decaen. En el ciclo de vida del producto sucede lo mismo; pero la diferencia es que los website no necesariamente tienen que respetar dicho proceso: pueden rejuvenecer y hasta renacer.
En términos simples, renovar el website implica desechar todo e iniciar de nuevo. Considera que, esto podría tomar 1 mes y medio, pero de no elegir al proveedor adecuado, podría tomar inclusive más de 6 meses.
El rediseño, su contraparte, significa realizar sutiles modificaciones pero conservando la estructura. Por el contrario, esta opción es más rápida y sencilla.
Todo tiene su época: música, vestimenta, plataformas, estilos, etc. Lo mismo sucede con las páginas web.
Una renovación web podría tomar lugar cada periodo considerable, como cada cinco años. Los motivos pueden ser de fuerza mayor, como por ejemplo la migración de un lenguaje de programación obsoleto hacia uno más actual (como sucedió con Flash, que dejó su lugar a HTML5) o también por un proceso de rebranding.
En cambio, un rediseño puede considerarse para asuntos más puntuales, como por ejemplo añadir un CRM a tu canal de contacto. En el pasado reciente, lo frecuente era comunicarse con Google+, Skype o teléfono fijo.
De pronto, estas plataformas o se extinguieron o fueron relevadas en popularidad por otros medios como Facebook, WhatsApp y los smartphones.
Para estos casos, sería importante modificar esos detalles con una frecuencia considerable. Toma en cuenta que, por contar con canales de comunicación anticuados, podrías correr el riesgo de no generar leads en tu negocio.
Entonces, ten presente que en algunas situaciones no es necesario renovar la web desde cero, sino que con un servicio de gestión y mantenimiento, podríamos hacer los pequeños cambios que necesitas para seguir manteniendo tu web viva.
La expectativa de los usuarios evoluciona con el pasar de los años. Estando en plena revolución 4.0, la competencia se rige en quién ofrece mejores experiencias digitales.
Un proceso de renovación encajaría si, por ejemplo, presentamos problemas de optimización: que a pesar de realizar esfuerzos técnicos, la optimización del website no alcanza ser la ideal en dispositivos de gran uso como ordenadores, tablets o móviles.
Más aún si destacamos que el celular se ha convertido en el principal dispositivo de acceso a la red, pues de la población total que navega por internet, el 92% lo hace desde un móvil.
Por otra parte, un rediseño podría respaldarse más por aspectos visuales o estéticos. Esto podría ser detectado por un plan de medición: encontrar un descenso en el tráfico de la página o una baja tasa de conversión son indicadores que algo malo está ocurriendo.
Para ello, tienes alternativas como una prueba de validación o testeo del actual modelo. Los resultados podrían sorprenderte, ya que conocerás de primera mano qué es lo que no le gusta al cliente; si son los colores, el menú o la navegación en el site.
Si aún no te decides, puedes buscar ayuda de un equipo profesional. Pero, cuando lo hagas, asegúrate de lo siguiente: involúcrate activamente en el proyecto para que el resultado final coincida con lo que buscas.
Créenos, esos detalles harán la diferencia y te ahorrarán muchos disgustos en el futuro.
¿Te animas entonces? Aquí estamos para ayudarte. ♂️
